viernes, 9 de junio de 2017

INEXISTENTE



Fotografía: Daniel Ocaranza

Inexistente

Hay que existir hasta quebrarse,
hasta que el ser agonice
                            en tu cuerpo.
Hay que existir hasta en el
                                           poema.
Hasta que el lenguaje se
                                         derrita
                                                 en tu boca.
Hay que existir en el frio
                                       del filo
                                              de tus manos.
Existir y existir
                  sin mirarnos
                               al mirarnos.
Hay que existir hasta en la historia
                                              de tus ojos abiertos.
Y romper el muro sobre tu piel.
                                  En tu sonrisa
                                               hay que existir.
En la verdad de la mas hermosa noche
                                       hasta que los días
                                                          de los días
                                                                    lleguen.
En el reposo de mis sollozos
            debo existir,
en mi almohada ya mojada
           de agua salada.

En la pared de tu habitación.
en la sed de tu presencia,
Hay que existir en tu nombre,
ya perdido pero no por eso olvidado.
Hay que existir hasta en tu ausencia,
porque así, he de existir, en ti.




Zaida M. Kassab

jueves, 28 de julio de 2016

Mi locura
disuelve las sombras
en calles descubiertas.
Es un lenguaje inapropiado
de una prisionera olvidada.
Mi decir
hace piruetas extrañas
del otro lado de la calle.
Mi memoria
trae pretextos deformes
de una sobreviviente.
Hay ausencias que se ven
que flotan por un nombre
Pequeñas palabras a la medianoche.
Una vida larga en un mundo breve.
 
Zaida Marilina Kassab


Nombrarte



Acaba de concluir la noche
Todos están
despertando.
Como suele ser habitual,
Café, té, mate, infusiones de mañanas
Ojos ciegos de vapor.
Hubo un accidente.
Nombrarte,
tomarte.
Frases de diario, en cafés
de esquinas
Reflejo en un espejo
tus ojos,
tus manos.
Con el vértigo de estar cayendo.
Hay una escena de tarde,
de teatro,
de película.
Que compensa y desgarra,
nombrarte.


Zaida Marilina Kassab

Los jueces

Me he quedado inmóvil a la espera de la pócima
que me permita anticipar el final del pasaje.
Hay una incógnita, sueños, adentro de mi prisión,
cansada de tantos delirios busco la calma.
Y muero.
Caigo,
me desplomo,
bajo muy pausado.
Qué hare contigo?
alucinaciones
tiempo
sangre
hambre
trasnoche, vela, insomnio,
lágrimas.
Y oprimirás mi pecho,
sudaremos,
temblaremos.
Y entonces los justos, los correctos, los analistas, los moralistas
Ellos me juzgaran.

Zaida M. Kassab



domingo, 5 de junio de 2016

Sí mismo


         
Entra el aire,
lo contienen mis pulmones.
El humo en los libros,
la cama inmóvil,
el silencio imposible.
Te invocan, te viertes...
Nada que decir.

miércoles, 18 de mayo de 2016

             Solo
Huyes solo de la luz
y en tu soledad oscurecida
no es tan soledad como decía.
Me engordas, me adelgazas, me
                                             deformas
A lo lejos te juzgan, te señalan...
Tú, asustas, espantas, sufres.
Huyes sólo de la luz,
Te asechan sus deseos
                                       sangrientos.
Huyes sólo de la luz
y la luz te alcanza.

jueves, 10 de marzo de 2016

Conversación


 I

—Me golpea la cabeza mil veces,
me tiemblan las piernas,
       se aflojan
los secretos.
Las pequeñeces de la niñez
   aparecen.

Me tiembla el cuerpo,
                Ya lo dije?
—Sí.
Siento el lacio de tu cabello entre mis manos
Fresco, suave, fino.

Deliro con las chalinas lilas y verdes del rincón
Parecen estar enamorados, juntas parecen perfectas
Separadas
Sobrevuelan.

—Café?

—No.
Seremos otros cuando pase el tiempo,
tU
                yO
Otros
                Otras.
Madurar distinto.
                               Preocuparse.
Recordaremos esto?

—Sí.
                Siempre.

 II

—Salir al camino de que no vinieras
se iban perdiendo las ideas.
Y viniste.

—Tuve un sueño lila o verde
Por tus pañuelos,
   tu cabello
—Trajiste el libro?

—Si, lo traje.
     Traje tus hojas amarillas.
Hojas amarillas, el color de la época,
huelen a ti, se siente el aroma
 a café
a cigarro
a jazmín
a vos.

—Te gusto? Parece.
Como a mí me gustan tus extremos.
Que contra mi cuerpo el tuyo
se penetre.

III

—Estas bien?

—Si, por qué?

Familiar en vos la palidez,
ahora exacerbada.
Tuve otra visión

—Cuál?

—Vos estabas en otra habitación,
deambulabas desnuda
con una rosa en las manos,
los labios rojos como la rosa,
y llorabas pálida y descalza
en un rincón.

—No me sorprende
la desnudez
ni el llanto
o las esquinas/rincones.
Si, la rosa.

IV

—Es caída tu doble juego
no puedo
                de querer
                               de necesitar
desprenderme.

—Inocente caprichosa.
Te molesta
lo pactado.
Mira la luz de la ventana

—No quiero jugar!
Puedo ver el árbol,
                el tronco,
                               el algodón,
                                               el pájaro,
pero no me distraen de vos.

V

(siluetas de cuello
de manos
de vientres
de esperma)

—Quiero coger en París.

Un adiós no es un nunca mas.

Quizás.

—Quizás, cojamos en París un día.





domingo, 31 de enero de 2016

Nostalgia


Hay mucho silencio aquí
desde mi puerta entreabierta
salen los fantasmas
los espectros
los aparecidos de la alucinación
me dejo caer en la silla vacía de fines
de deseos
y caigo sin pensar en la ausencia
o en la presencia de su ausencia
que invade los espacios de delirios psíquicos.

Y después…
Lo extraño,
la idea de él va madurando
evolucionando.

No esta.
                De no ser
                               Físico
Solo mental.

Creo ver sonreír
creo ver caminar entre las mañanas
creo sentir que me ve.
Es la nostalgia por perder quien es, mi sangre
quien es, mi padre.



 Zaida Marilina Kassab

martes, 26 de enero de 2016

Posible

Posible

En tiempos de deshielo,
cruzando las sombras de marionetas rojas.
Veo la perversión en tu orgasmo.
Ceros en vueltas de naipes de aliento de invierno;
juguemos a las estaciones de negro.
Me pican los pies las cosquillas de la vergüenza,
entrometidas viejas de esquina me ven,
mañanas de vigilia.
Segunda vuelta
Caminemos juntos? Por favor…
Dejemos caer escamas de esquemas
Veamos transeúntes dar la vuelta de sábado.
Quiero jugar a los retoños de cosechas nuevas,
de primeros pensamientos…
                                   Ficciones, expectación de aparentar
Juguemos? Posibles días de predicciones dudosos.

 ZAIDA MARILINA KASSAB